Ya lo tiene claro todo el mundo: las contradicciones, que se manifiestan en múltiples polémicas, entre el presidente Rafael Correa en las áreas política y económica, casi no existen en el ámbito cultural ¿a qué se debe esta curiosa diferencia? Se debe a que los intelectuales, a la vez burócratas de siempre (y sus amigos recientes), siguen bien instalados, a que los agentes culturales independientes y críticos están excluidos de las instancias públicas y de los medios de comunicación.
Los partidarios del presidente que gravitan en los altos puestos de la Casa de la cultura y los gobiernos seccionales, en Quito y provincias, y han hecho fama de artistas e intelectuales, permanecen silenciosos, a pesar de que están bien tratados por la "prensa corrupta", a la vez que por los presupuestos e instituciones oficiales. Allí los tenemos, con sus famas a cuestas, respetados por sus colegas periodistas, publicitados, prestigiados y sin definirse.
Se encuentran de todos los pelajes, incluidos en los roles de pago y en la palestra cultural de la Revolución ciudadana. Aparecen políticamente neutros, salvo algunos a quienes no les ha quedado más remedio que ganarse el pan en el partido de gobierno. Pero hay, más que otros, mahuadistas, también de la izquierda democrática y socialcristianos.
Los que apenas tenían desempeños modestos en las tarimas, hacían películas y teatro de mala calidad, producían libros de seis páginas embutidas en ochenta páginas, papel cocheé, llenas de dibujos y colorines, están ahí, colaborando y publicando, saliendo del país a cantar, produciendo bodrios a razón de millón y medio por pieza. Son los mismos que recibieron plata de Durán, Alarcón y Mahuad, y vayamos a ver lo que han producido. El presidente de la Casa de la Cultura de Quito que está celebrando los quince años de "Jaula" con tres nuevas ediciones, a todo lujo, con ilustraciones de un pintor caro. ¡Quince años! ¡De Jaula!
El aspecto de buena parte de la producción cultural en el Ecuador de los últimos años es de regular a mala, en todos los campos. La hay también muy buena, aunque la más presentable es de los sesenta hacia atrás, como la de Adoum que se había ganado el prestigio con lo de antaño. Pero la producción mediocre está siempre famoseada por los medios cuyas secciones culturales están a cargo de los mismos o de amigos de los mismos. "Yo digo que eres estupendo y tu bodrio genial, tú dices que mi bodrio es estupendo y yo soy genial" es la consigna solidaria del poder cultural.
Pero a nadie le conviene solamente la lisonja sin longaniza, hay que estar en el presupuesto, y como la plata presupuestada no es infinita, se hace necesario excluir a los otros. Los otros son particularmente indeseables por sus aspiraciones a ser beneficiados por el presupuesto que ya tiene dueños, los de siempre.
Así explicamos nosotros, en primer lugar que la novela "La Obra y los Duendes Ecuatoriales" la hayan marginado la casa de la Cultura de los doctores Marco Antonio Rodríguez (nebotiano en 1996) y Fabián Guerrero Obando, el Consejo Provincial de Pichincha (cuyo titular, el ex izquierda democrática, Baroja, suspendió hasta fecha no definida la edición del libro a pesar de ser declarada de interés del gobierno provincial); y el Municipio Metropolitano de Quito de Moncayo, Mora Witt (desde luego) y Noriega. Pero también se explica el boicot a la publicación de "a Obra y los Duendes Ecuatoriales" porque se trata de una denuncia de la farsa cultural en el país, con varios personajes de la novela con que se han identificado los de siempre, que están en todos los organismos citados, o identifican a algún patrón intelectual o compañero del gremio. Pallares no permitió que se haga en el FONSAL una lectura de la novela, hizo exclusión del autor. El el Consejo Provincial se leyó la obra y la comisión la aprobó, pero Baroja volvió de la campaña y suspendió la impresión de la misma, dijo que el Consejo estaba sin plata. El Ministerio no calificó la novela, dijo que el "proyecto", el relleno de un formulario, no estuvo al gusto de algún empleado y la Casa de la Cultura consiguió un informe que ni aprueba ni desaprueba la impresión, se ve a la legua que Rodríguez y Guerrero(compadres de la Facultad, bien conocidos) no la quieren publicar, pero no se arriesgan a decirlo, ya que deberán explicarse ¿y qué "razones" van a inventar?
Pese al boicot universal en los organismos oficiales que traicionando la doctrina del presidente Correa, al que dicen servir y del que se dicen colaboradores, que se ha denunciado excluyendo mi novela. Ellos, los mismos que cobran sueldo para publicar los buenos libros que en el país se escriben y no son conocidos porque, desde los altos cargos, gastan plata solo en sí mismos (papel brillante, seis páginas estiradas en cuarenta cocheé y colorines) y no dejan para los demás que sin duda hacen trabajos mejores que los de ellos. Pero el boicot, digo. La Obra y los duendes ecuatoriales va a ser publicada, con recursos particulares y personales. Hemos conseguido donaciones y un crédito comercial, la novela va aparecer y pronto estará a la venta en el país. La lectura de la novela está recomendada desde ya por el boicot de los de siempre. Nos honra hacer constar estos antecedentes en el pedigrí del libro: si aquellos han tratado de impedir que la Obra aparezca, la obra es buena, así que invitamos a todo el mundo a leerla.
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