lunes, 23 de octubre de 2017

Crítica a EL SANTO TEMOR



Por Eliécer Cárdenas E.

Publicado el 19 septiembre, 2017 
Diario El Mercurio / Cuenca - Ecuador


“El Santo Temor” es la nueva novela del escritor ecuatoriano Nicolás Jiménez Mendoza, un autor que ha preferido vivir en la discreta penumbra del hecho literario, lejos de las reuniones académicas y sociales que, inevitablemente, suelen acompañar los fastos de los literarios, y por cierto lejos de lo que pudiera denominarse “carrera” literaria, con sus “codazos” al colega, sus prisas por “destacarse”, aun cuando se carezca de los méritos suficientes para el efecto.

Nicolás Jiménez Mendoza ha venido por lo tanto trabajando silenciosamente una obra que merecería ser conocida, y además reconocida, por su carácter de “Suma” de vidas, estilos y existencias narrativas. Una de sus anteriores obras, titulada “La obra, los duendes ecuatoriales” tuvo la virtud de que aunque no fue comentada en el país sino en mínima medida, fue leída, y por lo bajo, señalada como un muestrario donde salían a la luz ciertas situaciones y personajes de la vida cultural y política del Ecuador, con una dosis de ironía por momentos rayana en la dureza. En ella desfilaban escritores, otros que eran falsos autores caracterizados por el arribismo, comparsas políticas, directivos y directivas culturales apenas disimulados por nombres y circunstancias. El silencio impuesto a la obra no la volvió sin embargo inocua ni invisible.

En esta nueva obra, “El Santo Temor”, Jiménez Mendoza prefiere bucear en clave autobiográfica una existencia dramática, trágica y hasta tragicómica en algunos momentos, con el protagonista  Josè Emilio Ramírez Calle, un personaje común, de clase media baja, que sufre sus primeras frustraciones al ingresar, por iniciativa de una tía suya, con media beca en un colegio religiosos más bien de alcurnia, donde lo ignoran y ridiculizan. Luego estudia en un colegio nocturno para obreros, trabaja para unos dueños afiliados a la organización ultraderechista ARNE, de los años cincuenta.  Su cambio se opera paulatinamente a través del trabajo sindical con grupos cristianos que luego formarán parte del llamado Movimiento de Izquierda Cristina.  Es acusado de tener dinamita en su hogar, su familia es perseguida, sus hermanos detenidos, él se oculta y le gana una suerte de paranoia, donde no se sabe si lo persiguen pesquisas o policías en realidad, o si es una alucinación promovida por las tensiones, la pésima alimentación.  Es llevado a varios tratamientos siquiátricos.

Con la separación de su hogar, las peripecias de Ramírez proseguirán.  Se descubre escritor, vive pobremente, se divorcia de su mujer, lucha por dar a conocer su obra, le sobreviene una grave enfermedad.  Tantas desgracias sin embardo, son narradas como una crónica, con testimonios estremecedores.  La vida de un personaje ecuatoriano tocado por la maldición del infortunio.  Quizá la debilidad de la obra radica en su composición como crónica de principio a fin.  En cualquier caso, una novela notable del autor, Nicolás Jiménez Mendoza.



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