sábado, 1 de diciembre de 2012

Palabras de Mario Vargas Llosa




"Advertirles que la literatura es fuego, que ella significa inconformismo y rebelión, que la razón de ser del escritor es la protesta, la contradicción y la critica. Explicarles que no hay término medio: que la sociedad suprime para siempre esa facultad humana que es la creación artística y elimina de una vez por todas a ese pertu
rbador social que es el escritor, o admite la literatura en su seno y en ese caso no tiene mas remedio que aceptar un perpetuo torrente de agresiones, de ironías, de sátiras, que irán de lo adjetivo a lo esencial, de lo pasajero a lo permanente, del vértice a la base de la pirámide social.

Las cosas son así y no hay escapatoria: el escritor ha sido, es y seguirá siendo, un descontento.

Nadie que esté satisfecho es capaz de escribir, nadie que esté de acuerdo, reconciliado con la realidad, cometerá el ambicioso desatino de inventar realidades verbales. La vocación literaria nace del desacuerdo de un hombre con el mundo, de la intuición de deficiencias, vacíos y escorias a su alrededor.

La literatura es una forma de insurrección permanente y ella no admite las camisas de fuerza. Todas las tentativas a doblegar su naturaleza airada, díscola, fracasan. La literatura puede morir, pero no será nunca conformista."


Jorge Mario Pedro Vargas Llosa


Nacido en Arequipa, Perú, el 28 de marzo de 1936


Premio Nobel de Literatura en 2010

PALABRAS SOBRE "LA OBRA Y LOS DUENDES ECUATORIALES"

“Los ecuatorianos que no van a sentirse ofendidos –a menudo de manera personal con nombres apenas ficticios- son pocos. La novela vitupera a gran parte de sus lectores y simpatizantes potenciales y me pregunto cuántos de los que no rechazan la Obra por esta razón van a tener la fortaleza de terminar sus 859 páginas.
Se narra en fragmentos de contrapunto y es más que nada una crítica feroz del mandato de Mahuad como apoteosis de incompetencia y corrupción.”
PETER THOMAS

“Nos señala al poder político deshilachado por los mordiscos despiadados del poder económico. Es el banquete caníbal de los poderosos, entre ellos devoraron, y la indigestión de los engullidores tuvo al país ecuatorial con dolor de barriga…. El autor se la busca con algunas de las estrellas del periodismo y les descubre la veleidades… las voces de la calle compiten con sus mitologías del poder político creadas por los medios de comunicación.”
JUAN MONTAÑO ESCOBAR

“Disecciona con humorismo, ironía, pero también con amarga pluma la serie de taras, ridiculeces, pillerías, supercherías y timos que aquejan a la “quiteñidad” y de manera más general a todos los “duendes ecuatoriales” sin distingo de color, sexo, religión o política.
Los lectores podrán solazarse pero también indignarse con el esperpéntico recuento de nuestros gobiernos anteriores, el tristemente negro feriado bancario, el régimen de Abdalá, el de Mahuad. Las trapisondas y pillerías de la corrupción al parecer sempiterna…”
ELIÉCER CÁRDENAS E.

“El libro es original, tiene características particulares y destacables, pero es también dinamita, porque compromete a mucha gente viva y curiosamente también compromete a mucha gente vivísima y a pocos héroes muertos de los que es fácil hablar bien. En su mayoría los personajes tienen curiosos, aunque bastante obvios sobrenombres que nos permiten identificarlos.” 
CÉSAR CORONEL


Es una novela de ficción histórica, que analiza los vericuetos del poder, despelleja al gobierno de Mahuad y sus movidas.
…una pintura auténtica con fácil identificación de los actores políticos, pese a sus satíricos seudónimos.
Las editoriales escogen unos escritores para promoverlos, a veces con novelas ligeras y cursis y no a otros que, como Jiménez golpean con la realidad ecuatoriana.”
EDUARDO NARANJO

“Los diferentes personajes de los disímiles relatos confluyen en un halo de corrupción que envuelve a la ciudad de Quito. Muchos van con la corriente que, depredadora, arrastra a los débiles y codiciosos por un río interminable de podredumbre. Los insólitos nexos entre medios de comunicación, instituciones religiosas, privadas, públicas, extranjeras y sicariatos hacen de este texto una novela que muestra el complot detrás del gobierno y desenmascara una ideología heredada que macera y corrompe a la sociedad…
Cuenta, punto por punto, los pormenores de todo lo sucedido en el gobierno y derrocamiento de Mahuad (Jarir Abdul) y toda la maraña de trampas, tranzas y relaciones de poder que se crearon para confabular en uno de los períodos más nefastos de la historia política del país.”  
LECTOR DE “EL CONEJO”

“El autor matiza la trama con episodios eróticos, escenas de carácter histórico y mordaces cuadros de gente que jugó un rol especial en su vida: maestros, condiscípulos, vecinos, amigos de taberna y mujeres de toda condición; no se escapan curas morbosos, burócratas corruptos y políticos desatinados.
La obra tiene más de un protagonista narrador. Pues los hechos se cuentan en primera y tercera persona (sic). Con la tercera ironiza los hechos políticos, sus corrupciones y miserias morales, la quiebra del sistema financiero, el desprestigio de los medios de comunicación, la vida citadina, las costumbres y cotidiano ritmo de ciertas familias notables de la capital.”  
LECTORA DE LA CASA DE LA CULTURA

“La denuncia de la falsedad del sistema es implacable y consiste principalmente en mostrar, desde ángulos sorprendentes, hechos y protagonistas que aparecieron en los diarios de la época, y los comentarios que, sobre éstos, hicieron otros personajes con cáustico humor quiteño.” 
LECTOR DE EDICIONES LEGARDA

 “La investigación detrás de las condiciones políticas, sociales y económicas es lo que dota a la novela de un sabor propio, casi adictivo. No se puede dejar de leer hasta haber terminado de jugar a reconocer a los personajes actuales que retrata la historia, separándolos por supuesto de los que son ficticios.”
WALTER FRANCO


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