miércoles, 8 de agosto de 2012

POR ENCIMA DEL VIENTO. Poesía de Pedro Jiménez Prado


El poeta es quien hace nuevas las cosas. No hay creador como el poeta, entre nosotros es el mayor. Yo reconozco esta condición en mi amado hijo Pedro Jiménez Prado. Él es un biólogo de vocación y oficio, un maestro universitario.  Ha publicado extensos libros científicos sobre peces marinos, también investigó largamente a unos simios, en la selva, para elaborar una tesis académica. Ha ido por el mundo ejerciendo su apostolado por la vida, aprendiendo y enseñando sobre el gran milagro por el cual el cosmos y el hombre persisten en la existencia, permanecen en el afán de perfección y felicidad. 

Y por otro cauce que parece natural de su fecundo quehacer, Pedro hace poesía. Su libro “Por Encima del Viento” (Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Esmeraldas 2012) expresa su pasión por lo más hondo de lo humano y bello del universo.

Su tránsito por regiones profundas es como cursar el laberinto, y su hilo conductor, una vez más, el amor. Dice Pedro, a lo largo de su libro: 
Una nueva y desconocida ansiedad se une a mi destino…
Revive la grandeza de tu vientre reivindicando lo eterno de tu esclavo…
Mujer del cambio prohibido renueva tus votos y redescubre mi destino…
Varios los dominios que cruzamos pero una sola la gloria que alcanzamos…
Júbilo por el gozo de sentirte latiendo en mis sentidos…
Estoy nuevamente parado en la esquina
esperando el segundo en que te cruces volando…
Amanecer tierno de mujer, vientre y arrepentimiento…
Menos mal que algunos quedamos cubiertos por la luz de tus ojos
y la fuente de tus labios…
Solo hizo falta abrir mis ojos para ver tus labios
sonriendo a este mundo y regalándole su aliento…

Por ahí mismo, Pedro se encontró con Dios, habría sido insoslayable el encuentro. El poeta lo increpó con fuerza:
Reniego de tu presencia… A esclavitud eterna sometes al hombre… Indulta al miserable hijo de los tiempos…
Más adelante, reconoce:
“Regalas a la tierra la felicidad de tu sonrisa…”
Y concluye, Pedro, con el conmovedor pedido:
“Para toda esta deuda, vida no me quedes corta…

Con lenguaje intenso, muy sentido, reiteraciones y bellas imágenes, la poesía de Pedro se nos manifiesta generosa en este libro, el primero que debe ser, de otros que ya esperamos. Felicitación y buenos augurios para ti, querido Piedrita.

Nicolás Jiménez Mendoza